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Enamorándome de mi esposa provisoria

Capítulo 151
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Capítulo 151

Clement sonrio.

-Sra. Johnson, no he terminado mis palabras.

Kathleen le miro con calma.

-Entonces, ja que esperas? Adelante, habla.

Clement apreto los dientes con rabia y la miró fijamente.

– Kathleen, ¿cómo te atreves a hablarme asi?

-Clement, si tienes nervios, levanta la mano hacia mi. A ver si puedes seguir quedándote

en Jadeborough – se mofo Kathleen.

-¡No pienses nunca que la familia Macari te apoyará! Ya te has divorciado de Samuel. La

familia Macari no se meterà conmigo por tu culpa -dijo Clement con desdén.

Kathleen se rió.

-Clement, soy la señora Macari desde hace al menos tres años. Es más, llevo casi diez

años viviendo en la residencia Macari. ¿Crees que te tendré miedo?

En respuesta a sus palabras, frunció el ceño.

-Tu eres el que no se atreveria a meterse con la familia Macari en su lugar -dijo Kathleen

burlándose-. No te sobreestimes. Aunque seas mayor que Samuel, no eres nada

comparado con él.

Clement la miro con furia.

Kathleen sonrió.

-¿Crees que te estoy oprimiendo con la familia Macari? Mi hermano tampoco dejará que la

familia Corbyn se libere. ¿Crees que solo es un pez gordo de la industria del

entretenimiento? ¿En verdad crees que gana su riqueza y su fuerza a través del mundo

del espectáculo?

Si tomaran puramente a Charles como el jefe de la industria del entretenimiento, sería

divertidisimo.

Clement entrecerró los ojos y pregunto:

-¿Qué otra identidad tiene tu hermano?

Kathleen sonrió.

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-¿Quieres saberlo?

Clement permanecio en silencio, pero su mirada se volvió glacial.

ruedes descubrirlo tu mismo. O pensarás que te estoy engañando. -Los bonitos ojos de

Kathleen se volvieron gelidos.

La ira brillo en los ojos del hombre. Se agarró al cuello de Kathleen y exclamo:

-Todo lo que acabas de decir es para asustarme. ¿Crees que te voy a creer?

No habia miedo en sus ojos. Pronunció con tono burlón:

-¡Entonces hazlo! ¿A qué esperas?

Clement apretó los dientes.

–¿Mi madre te dio alguna vez otras cosas? ¡No la casa ni el dinero! Algo más.

-ilo hizo! -Kathleen sonrió-. Ella me dio su odio. Queria que la vengara. Lo más

insoportable de su vida fue que no había hecho nada malo, pero fue expulsada de la

familia Corbyn. Encima, sus propios hijos la trataron con frialdad como a una extraña.

-iPta! –Clement sabia que Kathleen le estaba engañando. Su mano estaba apretando con

fuerza alrededor de su cuello.

Kathleen se quedó sin aliento y su rostro empezó a ponerse palido. Aun así, no luchó ni

tomó represalias y dejó que Clement le estrangulara el cuello.

En ese momento, un hombre entraba corriendo desde fuera, informando:

-Sr. Corbyn, Samuel y Charles están aqui.

Clement se burló:

-Eso es rapido. -«No es de extrañar que no tenga miedo ni tome represalias. Sabe que

aparecerán justo a tiempo para rescatarla».

– ¡Dile a los muchachos que los retengan por un tiempo! -ordenó Clement,

-Si, Sr. Corbyn. -El hombre salió de nuevo.

Clement agarró la mandibula de Kathleen.

-Sé que tus labios están sellados. Pero, ¡vamos a ver lo terca que eres entonces!

Abrió la boca de Kathleen y le metió una pildora. Después de eso, la soltó.

Kathleen se frotó el cuello y le miró fijamente.

-¿Qué me has dado de comer?

-Una pildora venenosa. Si no me das lo que quiero en tres dias, morirás envenenada. -

Clement la miró con maldad-. Confia en mi, no te estoy mintiendo. No sólo eso, sino que

además soy el unico que tiene el antidoto para este veneno.

Justo después de terminar sus palabras, Samuel y Charles entraron corriendo con varios

hombres.

– Kate! – gritaron al mismo tiempo.

Charles reacciono más rápido que Samuel Rápido echo un vistazo a Kathleen.

-¿Estás bien?

Esta último respondio hoscamente:

-Me hizo tragar una pildora venenosa y me pidió algo. En realidad no se lo que quiere.

Clement frunció el ceño. Acaba de decirlo en voz alta? ¿No debería llevar todo esto en

silencio sin molestar a nadie mas? Entonces, tras un momento de lucha con sus

pensamientos, me dará lo que le pedi a cambio del antidotos.

-Clement, tu mc obligaste a hacer esto. ¿Crees que voy a ser una imbécil, resolviendo el

problema en silencio por mi misma? Pues no lo haré. Si no puedo resolverlo, ¿por qué no

se lo digo a mi hermano? -se burlo Kathleco.

Al oir sus palabras, Clement apretó los dientes.

Ella es un dolor en el tras ro.>>

-Creo que el antidoto está en él –dijo Kathleen con frialdad mientras miraba a Clement.

«Está tratando de escapar? No es posible». Samuel se precipito rápido hacia él. Su mano

grande y delgada agarro el cuello de Clement por la espalda. Luego arrastro a éste hacia

adelante y lo estrelló contra la mesa de café.

¡Clang! La mesa de café se rompió en pedazos. Todo lo que habia sobre la mesa cayó al

suelo.

Charles protegió a Kathleen para evitar que los trozos le hicieran daño.

Samuel se acercó a Clement, le pisó el pecho y se abalanzó sobre el.

– ¿Dónde está el antidoto?

Clement estaba muy enfadado.

-¿A qué esperas? Atrápenlo.

Sin embargo, por mucho que se enfureciera, nadie venia a salvarle. Tampoco entró nadie.

Samuel dijo con desdén:

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–Tus hombres han sido sometidos por mi gente. Son todos carne muerta.

Charles se acercó, registro el cuerpo de Clement y encontró una pildora.

Se lo entregó a Kathleen. Ella no lo tomó con ganas, sino que se quedó mirando a

Clement.

–La proxima vez, usalu cerebro primero antes de hacer un movimiento. Investiga bien mis

antecedentes familiares antes de secuestrarme.

Al terminar sus palabras, se trago la pildora.

Clement la miro con furia.

Kathleen entonces miro a Samuel.

Samuel, sobre las minas…

-Lo sé. -El hombre la miró significativamente.

-Te las vendo¿Puedes llevártelas todos? -dijo Kathleen con indiferencia.

–Por supuesto. -Samuel asintió y luego continuó- ¿Pero estás segura de que quieres

entregármelos?

– Mientras no sea él -se burló Kathleen y miró de reojo a Clement.

Este último sonrió.

-¿No quieres darme? Eso es cosa tuya. Pero, ¿por qué se las das a tu exmarido en lugar de

a Christopher? Parece que aun sientes algo por él.

– ¿Quieres oir la verdad? – Kathleen se levantó.

Mientras tanto. Clement la miraba con desprecio.

-Incluso si se los doy a Christopher pensarán en una manera de quitárselos. No es que no

confie en él, pero està oprimido por su familia. Sólo lo estresare. — Kathleen hizo una

pausa por un segundo y continuo-: Sin embargo, Samuel está en una situación diferente.

El puede tomarlas todas sin buscar la aprobación de nadie. Además, nunca permitirá que

se cumpla el deseo de la familia Corbyn. Eso será suficiente.

Clement apretó los dientes. «Está claro que esta mujer no es el tipo de persona que sigue

las reglas».

—Clement, yo soy la que tiene la sartén por el mango en esto. Si intentas quitarme las

cosas amenazándome, eres demasiado ingenuo.

-Vamos.-A Charles le dolió el corazón cuando vio el moretón en el cuello de Kathleen.

Samuel se acercó y levantó a Kathleen en sus brazos. Con eso, salió a grandes zancadas

del lugar.