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Enamorándome de mi esposa provisoria

Capítulo 169
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Capitulo 169 -Dr. Yarrow, yo me ire primero --declaró Kathleen con una sonrisa. -Bien. Ten

cuidado por el camino-le recordó Ethan micntras la veía marcharse, Después de salir del

hospital, Kathleen subió a su coche y llamó a Caleb.

Contestó después de dos timbres.

- Hola Quien cres? --preguntó, con voz baja y fría.

-Sr.

Lewis, hola-respondió Kathleen con amabilidad.

Soy Kathleen Johnson.

- Kathleen? ¿No es la exesposa de Samuel? ¿Por qué me llama?-, penso.

-Sr.

Lewis, el Dr.

Yarrow me dio su número de teléfono.

Quiero comprar algunas hierbas medicinales, y el Dr.

dijo que usted las tiene -explicó.

-Asi que fue el Dr.

Yarrow quien sugirió que me encontraras --su voz todavía sin emoción, pregunto-: ¿Qué

quieres? -Tengo una lista.

Sin embargo, quiero que las hierbas medicinales sean silvestres.

El precio no es un problema.

-Las hierbas medicinales silvestres son dificiles de encontrar y caras.

Aunque las tenga, es posible que no te las puedas permitir -respondió Caleb con

monotonia.

Kathleen se quedó sin palabras.

-Enviamc tu lista.

Le echaré un vistazo -ofreció con voz tranquila.

A juzgar por su tono, no parecia reacio a ayudar.

-Sr.

Lewis, ¿por qué no le envio un mensaje por WhatsApp? Es más fácil asi —sugirió ella con

timidez.

-Claro.

– Caleb asintió.

Tras colgar, añadió su número de teléfono a sus contactos.

Su nombre en la aplicación seguia siendo -Caleb Lewis.

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Kathleen le envió un mensaje y él también la añadió a sus contactos.

Luego, envió la lista.

Después de un rato, le respondio: [Esto no es una lista.

Es una receta.] Kathleen respondió: (No hay mucha diferencia.] Caleb Hiciste esta receta

iú misma? Kathleen:Sil liConoces a Connor Johnson?) Kathleen respondió al mensaje tras

una breve pausa: (Es mi abuelo.

Tu abuclo?

Si, mi abuclo.

B ecerrando los ojos Calcbicclcó: [Si me haces un favor, puedo darte las hierbas

medicinales gratis, Kathleen se sorprendió, ya que no esperaba escuchar una noticiatan

agradable.

Mientras no sca un asesinato o un robo, me parece bien.] Caleb: Ven a mi casa a las nueve

de la noche.] Alver eso, Kathleen se sobresaltó.

Caleb: [Enviaré a alguien a recogerte.] Kathleen se quedó helada.

-Un momento! ¿Quiere…, se escandalizó.

Se apresuro a enviar un mensaje de texto: (Sr.

Lewis, olvidé decirselo, ipero no soy ese tipo de mujer!) Sin embargo.

Caleb no respondió al mensaje después de mucho tiempo.

-No lo ha visto? O finge no haberlo visto? Ahora me arrepiento de haber aceptado tan

rápido.

Creo que me he disparado en el pie, pensó.

Esa noche, a las ocho, Caleb llegó a recogerla.

Mirando el Maybach Charles comentó: - El número de matrícula más sorprendente que he

visto enJadeborough son cuatro A, que pertenece al coche de lu exmarido, Samuel.

El otro tiene cuatro unos-, y es igual de impresionante.

Kathleen suspiro: -Creo que me he metido con la persona equivocada.

– He oido que Caleb no está casado y ni siquiera tiene novia.

Está bien si no quieres a Christopher.

Es primo de Samuel, asi que es raro de todos modos.

Sin embargo, iCaleb es diferente! -exclamó Charles con entusiasmo.

Sin querer decir nada más, Kathleen salió con una chaqueta negra de plumón y subió al

coche de Caleb, que era un hombre distante y apuesto.

Sin embargo, el aura fria que le rodeaba era diferente a la de Samuel.

El recien llegado era más insensible, mientras que su exesposo era más sanguinario y

cruel En otras palabras, Caleb era un poco más cálido.

Samuel estaba helado de adentro hacia afuera.

-Uh, Sr.

Lewis – Kathleen comenzó nerviosat.

Agarrando el volante con sus largos dedos, él interrumpió: -Yo tampoco soy esa clase de

hombre.

Kathleen guardó silencio Como cl ya había hablado, soltó un suspiro de alivio.

Pero por qué Calcb quiere que vaya a su casa tan tarde en la noche?-, pensó.

Estuvo nerviosa durante todo el viaje.

De repente, su telcono vibro.

Sacándolo, vio un mensaje de Samucl.

IcEstas durmiendo?) [SI] [Buenas noches.] Kathleen suspiro: - Por alguna razón, me siento

incomoda mintiendo a Samuel, como si me hubieran pillado enganandole.

Pero ya nos hemos divorciado, asi que ¿por qué me siento culpable.

Mientras se perdia en sus pensamientos, el coche se detuvo.

Mirando de reojo a Kathleen, Caleb se dio cuenta de que era más guapa que en la

televisión.

No sólo eso, sino que parecía mansa y tranquila.

-Vamos – declaró, con un tono de voz profundo.

-De acuerdo.

-Kathleen salió del coche y los dos caminaron hacia la mansión.

Como la familia de Caleb vivia en el extranjero, el vivió solo todos estos años, por lo que

su casa parecia desolada.

Siguiéndolo al interior de la mansión, Kathleen preguntó en voz baja: – Caleb, ¿por qué me

has traído a tu casa? – Sigueme arriba –Caleb noqueria dar demasiadas explicaciones.

Tras dudar un momento, le siguió escaleras arriba, con las manos en el bolsillo.

Antes de salir de su casa, Kathleen había llevado un spray de pimienta.

Caleb sólo miraba impasible los movimientos de sus manos.

Llevandola al piso de arriba, se detuvo ante una puerta y la abrio de un empujón.

– Entra.

Kathleen se detuvo un segundo antes de entrar.

La habitación era luminosa, pero no habia más muebles que una cama.

Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm

Una mujer demacrada se acurrucaba en un rincón, con el pelo cubriendole la cara.

Cuando se movio, oyo el sonido metálico de las cadenas.

Los pies de la mujer estaban esposados y encadenados a la pared…

11 Aturdida, Kathleen grito: -iTu! Caleb le lanzó una mirada – Esta loca.

Kathleen fruncio las cras.

-He ondo que tu abuclo tinc un Iecnica secreta que puede tratar la locura.

La has aprendido anten? – pregunto, mirandola.

Frunciendo el ceño, Kathleen rcplicó: -¿Está loca? ¿Estás seguro de que no se volvió loca

porque la encarcelaste? Calebse quedo sin palabra: -Senorita Johnson, si fuera una

persona asi.

la habría traído en secreto para encarcelarla.

No habria ido a buscarla a su casa -respondió con frialdad.

-Quién es ella? -preguntó, mirando a la mujer.

– No necesitas saber eso.

Kathleen volvió a fruncir el ceño.

-Senorita Johnson, es mejor que no sepa algunas cosas.

Le daré lo que quiera siempre que la haga normal de nuevo -advirtió.

Kathleen reflexionó durante un rato.

-Si esta mujer está encarcelada de forma ilegal, no podré salvarla si lucho con él.

Por supuesto, no puedo sospechar de él sin razón….

Tras una breve pausa, se dirigió hacia la mujer y se puso en cuclillas ante ella.

La mujer, por reflejo, se acurrucó más en la esquina.

-¿Cómo se llama? – preguntó.

-Vivian.

Volviendose, miró a la mujer.

-Vivian?

No tuvo ninguna reacción.

Kathleen estiró la mano, la puso despacio sobre la cabeza de Vivian y le acaricó el pelo.

– No tengas miedo.

Estoy aqui para ayudarte.

Caleb arrugo la frente.

Vivian no la empujó.

En general, empuja a cualquiera que intente acercarse o tocarla.